Frente a la Alcaldía | Toda la Noche
Espera. ¿Dulzón?
Sí. Es... no son flores. Tampoco es algo cítrico. Demasiado como de tierra para tratarse de un perfume, demasiado suave a pesar de lo pesado que se le hace a varios. Es dulce, y algo fuerte, casi amargo sin llegar a serlo del todo, y mientras más se acerquen al centro de la ciudad, más como que se les hará agua la boca, más como que les picarán las manos, la luz amarilla de los faroles y las velas y la luz en los rostros de los que ya están ahí tomando a más de uno por sorpresa. Es demasiado luminosa, demasiado pura - como la forma en que algunas de las parejas que ya están en la pista se miran, algo parecido a las flores (literalmente flores, ¿y cómo...?) enmarcando el pequeño mundo que crea su intimidad.
Es como si mientras más imposible fuera, más real te pareciera; la forma en que sus ojos se tocan, cómo un halo de mariposas sigue a una dama, cómo la luna se refleja en los ojos de un caballero, cómo una música más suave brota para los amantes que se alejan del bullicio hacia los sauces y sus cortinas (¿desde cuando hay sauces por ahí cerca?). Sí, mientras menos te preocupas en pensarlo, más correcto parece todo, y menos importante se te hace el agobiante calor. Hay mesas (toscas, casi, madera recién pulida y sillas pesadas a juego) y sillas en las que descansar, una barra de licores cuyos nombres pocos conocen pero cuyos sabores varios terminan queriendo repetir (fuerte, es demasiado fuerte - como todo el resto de las cosas, de las ocurrencias), mesones con frutas y caramelos y cacao.
Una orquesta que toca, gente sombra que canta, una pista amplia, amplia.
Y la música... algo más intenso a lo que algunos estarán acostumbrados, sin duda. Pero hay licor y hay fruta, un calor de mil demonios y una tarjeta que debe ser llenada. Bailar nunca le ha hecho mal a nadie, y esa picazón en sus manos sí amaina cuando están haciéndolo, ¿verdad? ¡Qué conveniente eso! Así que, ¿para qué quejarse? ¿Para qué llorar? Ya están aquí. Y el perfume lo llena todo, la guitarra los llama a todos, y ah... él está ahí, ella está ahí. El rostro por el calor encendido, su pecho agitado...
Vamos, queridos míos. Ésta noche es para ustedes.
Feliz San Valentín.]
((¡Post de San Valentín! Aquí tienen una útil playlist para que se hagan una idea de lo que irá sonando, pero sientanse libres de usar sus propias cosas. Recuerden que sus monos estarán forzados a bailar pegaditos con los monos y monas de su elección. Y como nota adicional de último momento: cualquier efecto shoujo que quieran darles a sus criaturas corre; ya sean luces o burbujas o flores que caen misteriosamente o lo que sea, tienen chipe libre para pasarlo.))