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Anochecer || Todas partes
[Los días comienzan a oscurecer cada vez más temprano a medida que el otoño se aproxima, y en algunas ocasiones una ligera neblina sale a darle la bienvenida a la noche. Hoy, momentos antes de que el sol termine de ponerse, un plácido silencio se extiende por toda Nadalandia, y hasta los animales e insectos en el bosque parecen haber enmudecido...
Por supuesto, mucho silencio nunca es buena señal. Porque después del silencio, siempre sigue la tormenta.
El primer indicio son los lejanos ecos de un par de rugidos salvajes en lo profundo del bosque. Rugidos que lentamente parecen multiplicarse, acercándose inexorablemente desde todas partes hacia la mansión. El siguiente indicio son las decenas de sombras y ruidos furtivos entre los árboles, sombras y ruidos que no pertenecen a criaturas pequeñas, precisamente. Si miras con atención, quizás veas un par de ojos rojos refulgir en la oscuridad...
Y entonces, el silencio finalmente se rompe. Un grito de espanto, jadeos, pies que corren, y un muchacho de aspecto familiar sale tambaleándose a todo lo que sus mocasinados pies le dan desde el camino que conduce al cementerio. Y motivos para correr tiene. Porque, pisándole los talones, cuatro inmensas, peludas, terribles y grotescas criaturas lo persiguen, con un grácil correr a cuatro patas y un sugerente balancear de su verde y babosa lengua que envía un mensaje bastante claro: "la cena está servida".
Y en respuesta a ese mensaje, dos docenas de las mismas bestias comienzan a salir del bosque, listos para participar de la comilona.
Así es, habitantes de Nadalandia. Guarden a sus niños, tranquen puertas y ventanas y tomen mano del arsenal más cercano, porque estas criaturas están hambrientas, hambrientas, hambrientas, y si hay algo más que les moleste que no poder estar comiendo ahora mismo, es no poder estar comiendo ahora mismo. Y por suerte para ellas, muy pocas cosas logran interponerse entre sus dientes y su comida... Sobre todo cuando también son capaces de comerse casi cualquier cosa que trate de interponerse.
Para mayores referencias, pueden consultar a cierta hada capitana o a un colosal guardaespaldas, ambos expertos veteranos en el tema. Y será mejor que se apuren.
Porque hoy, han sido trolleados.]
((Post troll!1! Sólo que no ese troll troll, sino otro troll menos... troll. Anyway, mézclense como quieran, pateen traseros de troll, traten de no morir, y si quieren que les tire a Artemis actualizado y sin memoria, díganmelo en el subject. ♥))
Por supuesto, mucho silencio nunca es buena señal. Porque después del silencio, siempre sigue la tormenta.
El primer indicio son los lejanos ecos de un par de rugidos salvajes en lo profundo del bosque. Rugidos que lentamente parecen multiplicarse, acercándose inexorablemente desde todas partes hacia la mansión. El siguiente indicio son las decenas de sombras y ruidos furtivos entre los árboles, sombras y ruidos que no pertenecen a criaturas pequeñas, precisamente. Si miras con atención, quizás veas un par de ojos rojos refulgir en la oscuridad...
Y entonces, el silencio finalmente se rompe. Un grito de espanto, jadeos, pies que corren, y un muchacho de aspecto familiar sale tambaleándose a todo lo que sus mocasinados pies le dan desde el camino que conduce al cementerio. Y motivos para correr tiene. Porque, pisándole los talones, cuatro inmensas, peludas, terribles y grotescas criaturas lo persiguen, con un grácil correr a cuatro patas y un sugerente balancear de su verde y babosa lengua que envía un mensaje bastante claro: "la cena está servida".
Y en respuesta a ese mensaje, dos docenas de las mismas bestias comienzan a salir del bosque, listos para participar de la comilona.
Así es, habitantes de Nadalandia. Guarden a sus niños, tranquen puertas y ventanas y tomen mano del arsenal más cercano, porque estas criaturas están hambrientas, hambrientas, hambrientas, y si hay algo más que les moleste que no poder estar comiendo ahora mismo, es no poder estar comiendo ahora mismo. Y por suerte para ellas, muy pocas cosas logran interponerse entre sus dientes y su comida... Sobre todo cuando también son capaces de comerse casi cualquier cosa que trate de interponerse.
Para mayores referencias, pueden consultar a cierta hada capitana o a un colosal guardaespaldas, ambos expertos veteranos en el tema. Y será mejor que se apuren.
Porque hoy, han sido trolleados.]
((Post troll!1! Sólo que no ese troll troll, sino otro troll menos... troll. Anyway, mézclense como quieran, pateen traseros de troll, traten de no morir, y si quieren que les tire a Artemis actualizado y sin memoria, díganmelo en el subject. ♥))