[Entonces, seamos honestos: ha habido un cambio en la economía.
No, esto no es un torpe intento de abrir una conversación adulta comentando las caídas de la bolsa. Es, lisa y llanamente, la realidad a la que todos se enfrentan hoy en día en este mundo. Porque, cuando el
papel higiénico se vuelve lo suficientemente escaso como para ser considerado casi un bien de lujo, uno se da cuenta que las prioridades han cambiado un poco.
Y uno empieza a extrañar cosas también, luego de unas cuántas semanas, ¿no? Cosas que dábamos por sentadas-- shampoo, una lavadora funcional, comida que no hay que cazar y despellejar, crema hidratante, ropa decente, wifi, una ducha que no esté a medio caerse. O algo tan, pero
tan básico para pasar las penas e ignorar las frustraciones como... el alcohol.
Seguramente algunos habrán escuchado que hay una, tal vez dos personas que cuentan con alguna reserva de bebidas, y que las están comerciando clandestinamente, pero claro, hay que tener contactos para esa clase de cosas. Por lo que es probable que para la gran mayoría de las personas sea una agradable sorpresa toparse con un edificio medio destruido a las afueras del pueblo que se ilumina (algo precariamente) cuando el sol comienza a ponerse. Afuera, grabado con algún objeto filoso sobre un trozo de madera que hace las veces de cartel, se puede leer:]
Bar 'Sin Fondo'
[Así... es como seguramente sus dueños querrían que luciera el bar, si no fuera porque el interior de lo que antes era otra tienda está algo dañado: el mesón tiene varias grietas, algunas ventanas están rotas y tapiadas, no hay mesas ni sillas suficientes, y la mayoría han sido improvisadas, por alguna inexplicable razón cuelgan
garfios del techo, la iluminación es a vela, y hay una gran necesidad de vasos. Es por eso, justamente, que por tratarse de la semana de inauguración,
sus dueños están ofreciendo sus bebidas a cambio de lo que sea. Vasos para el bar, sillas, mesas, ropa, comida, o cualquier otra cosa que se les ocurra que un pirata y dos magos podrían apreciar.
Además, quién logre inventar un chiste lo suficientemente gracioso con 'un pirata y dos magos entran a un bar...', se lleva un vaso por cortesía de la casa.
¿Preocupados porque se ven apenas unas dos o tres miserables botellas en las repisas tras la barra? Ah, no subestimen lo que un pirata sediento y un poco de magia habilidosa pueden conseguir cuando se juntan. El nombre del bar le hace bastante honor a sus botellas, después de todo, y a las gargantas de los parroquianos que puedan aparecer esta noche.]
((Pueden encontrar a por acá a los dueños del bar, Eliot, Quentin y Hook, si quieren hablar con cualquiera de ellos. Por lo demás, el post queda abierto para que vayan a emborracharse como quieran.))