InsaneJournal

Lo primero que notarás es la oscuridad y la sobrecogedora humedad inundándote. Si perteneces al grupo que sufre de claustrofobia no podrás resistir el terror de despertar abruptamente en un ataúd, sin ninguna explicación o coherencia a lo que habías estado haciendo antes. Cuando salgas te encontrarás en un agujero de prudente profundidad, en un macabro y abandonado cementerio que nunca antes habías visto.

¿Has muerto? Eso solamente puedes responderlo tú, pero si desafortunadamente moriste antes de que despertaras aquí me temo que nunca podrás regresar (¿o tal vez sí?). No tengas miedo, sin embargo, porque todavía no te has ido al cielo o al infierno (en el caso que creas en eso), aunque quizá tu destino hubiese sido menos desafortunado de haber sido así. ¿Estás vivo? Entonces has caído aquí por accidente, culpa de fuerzas o entidades que buscan divertirse y que jamás te encontrarás en este mundo a menos que prestes atención en los rincones. Puedes irte si lo deseas. Lo difícil será encontrar una salida puesto que esta cambia constantemente y tras que el método haya sido usado una vez, jamás podrá usarse de nuevo.

Al salir, después que hayas decidido dejar el cementerio detrás, te encontrarás con un bosque denso, oscuro, pero próspero y lleno de vida, y una vieja estación de tren, con una línea férrea igualmente vieja. Si te sientas a esperar ahí, tarde o temprano llegará una misteriosa e inquietante locomotora sin conductor visible que te llevará a destino desconocido, si decides tomar el tren. Sin embargo, también hay letreros, todos ellos en blanco, y caminos que se dividen en diferentes direcciones. Bifurcaciones sin sentido, tal vez. Tal vez no. El único letrero que encontrarás con algo grabado será uno de aspecto antiguo, donde antes se leía ‘La Mansión’; nombre que ahora está tachado y en cambio alguien escribió debajo: 'El Pueblo'. El letrero indica al norte, y será tuya la decisión de seguir el sendero o ignorarlo por completo. Si decides ignorarlo encontrarás que el bosque es enorme y misterioso, y podrás perderte por días y quizá morir por inanición, o a manos de los extraños monstruos que habitan en lo más profundo, o tal vez sentir que una pesada somnolencia invade tus miembros y te invita seductoramente a tenderte sobre el musgo bajo los árboles y dormir indefinidamente. También es posible, incluso, que te internes tanto en el bosque que llegues hasta el fin de este mundo, donde te parecerá que quedas ciego al toparte con una infranqueable barrera de... nada. Simplemente Nada.

Sin embargo, si decides seguir el camino llegarás tras unas horas a una pequeña colina sobre la que se erige una lúgubre mansión de aspecto abandonado. Si su atmósfera de casona embrujada no logra intimidarte y te adentras en ella, encontrarás un ruinoso vestíbulo con un mesón de recepción, detrás del cual una silenciosa y extraña criatura probablemente te entregue una llave con un número y te indique con vehemencia una pizarra en la que brilla tu nombre, y que aparentemente indica que se te ha asignado un lugar para vivir en el pueblo que tal vez alcanzaste a vislumbrar a la distancia, más abajo en el camino.

Puedes permanecer en la mansión, aunque es mayormente inhabitable y tu única compañía serán las misteriosas apariciones y voces que invaden el edificio. Pero si decides continuar y explorar en dirección hacia el pueblo, descubrirás que la mayoría de las casas y edificios en este están en un estado ruinoso, como si hubieran sobrevivido alguna gran catástrofe, y que ahora casi son reclamadas por el bosque a su alrededor. Si lo recorres un poco, notarás que a pesar de su triste estado, cuenta con instalaciones como un una estación de tren, una escuela, un granero e inclusive un pequeño hospital, algunos más utilizables y seguros que otros. También notarás que el pueblito, a pesar de su aspecto de pueblo fantasma, está habitado: y tarde o temprano encontrarás a alguien tan perdido y lejos de casa como tú que querrá responder tus preguntas, o indicarte dónde está la casa que te señaló la pizarra de la mansión. Quizás te toque la suerte de vivir solo, o descubras que tendrás desconocidos (o, tal vez, no tan desconocidos) compañeros de vivienda. Sea como sea, parece ser que estarás quedándote aquí por un tiempo.

La tierra en medio de la nada es extraña, pero rica, y en sus bosques puedes encontrar árboles frutales, hongos comestibles y hortalizas que no necesitan demasiados cuidados. Así mismo, los peligros son varios. Hay misteriosas cuevas repartidas a lo largo y ancho del bosque, llenas de monstruos y trampas para los que se sientan valientes y aventureros, pero también cofres de tesoros con dinero, u objetos y comodidades difíciles de obtener. Porque, para todo lo que esta tierra tiene para ofrecer, no parece demasiado interesada en que habitarla sea sencillo, y sus paisajes salvajes y abandonados invitan a la creatividad para hacer la vida más amena. Tal vez querrás obtener dinero de la forma habitual en las cuevas matando monstruos o quizá robarle a alguien. Tal vez preferirás investigar los múltiples misterios de este mundo, y perseguir alguno de esos rumores que hablan sobre árboles mágicos que aseguran favores, espectrales figuras rondando el cementerio o un yeti asolando las montañas, nieblas extrañas causando sucesos aún más extraños, o misteriosas cuevas llenas de objetos valiosos y raros. Siempre será tu elección. Ten en cuenta que se pueden esperar plagas al azar, cambios volátiles en el clima, virus peligrosos, situaciones por completo ridículas o imposibles, escenarios tragicómicos planteados por la magia de esta tierra o, quizás, simple y llana mala suerte.

Y si llegaras a morir en esta tierra en medio de la Nada, porque la muerte por primera vez ha encontrado una puerta de entrada y ahora ronda silenciosa y paciente por sus parajes, descubrirás la razón de que la mansión esté embrujada. Tu espíritu rondará sus ruinosas habitaciones, más sólido que las frágiles memorias que son sus perpetuas moradoras, pero no vivo, al fin y al cabo, y permanecerá atrapado allí hasta que alguien más descubra una manera de traerte de regreso, respirando y corpóreo, a través del cementerio. Antes de que transcurra mucho tiempo y la Nada termine reclamándote. Porque si hay algo que entrega esta tierra puede entregar son nuevas oportunidades; después de todo, ¿qué es la nada si no posibilidades infinitas por concretar?

Entonces, involuntario visitante, estimado cautivo, ¿qué dices? ¿Estás listo para las posibilidades que te ofrece esta tierra de Nada?