Tierra de Nada

[Es cierto que haya habido nevadas prematuras y fiestas fuera de época, pero seguimos estando en Otoño, y parece que todo el lugar quiere recordárselos. Más que copos de nieve, estos días notarán el clima cada vez más frío que invita a estrenar esa ropa de abrigo que hayan comprado en la feria de antes; por todos lados, los árboles se tiñen de colores amarillos, rojizos y marrones, sus hojas caídas desparramándose por todos lados y formando pilas muy tentadoras para saltares encima...



Y por supuesto, está el lado menos pintoresco: las alergias y resfriados. Claro que no algunos comunes, no.

Con una visita de fin de semana de unos mercaderes que vienen a vender varios tipos de té, cacao, café, hierbas y especias (y comprarles o intercambiarles a ustedes, si han estado juntando sus yuyos en el bosque u otras cositas valiosas), parece que la cantidad de polvillos y porquerías en el aire aumentará, así como la sensibilidad a ellos, causando ciertos problemas nuevos.

Porque no, no es sólo que tendrán los ojos algo irritados, o estornudos, o tos. Con estos síntomas además tendrán otros nuevos más inesperados. Quizá de pronto se sientan como ebrios o medianamente drogados, como si hubieran consumido demasiado de alguna medicación. O tal vez se sientan irritables a un extremo absurdo para algo simple como un resfrío o molestia pasajera, y decidan ser particularmente cretinos por un rato. Tal vez lo contrario, y estén mucho más, er... amorosos, que de costumbre, olvidando inhibiciones de siempre. Quizá sólo puedan decir la verdad por unas horas, o lo que larguen sean puras mentiras.

Pero bien, será cuestión de lidiar con esos cambios de humor repentinos, que al fin y al cabo no durarán tanto tiempo - ¡y no olvidarse por ello de aprovechar las ofertas de los Visitantes! Salvo que quieran echarlos a patadas por creerlos culpables de su potencial nuevo divorcio, claro está. (*)

(*)Recuerden que la H. Gerencia no condona la violencia hacia sus invitados. ]