Tierra de Nada

[¿Qué es la Nada, sino infinitas posibilidades? Una hoja en blanco donde todas las historias pueden comenzar, crecer y acabarse, y dar nacimiento a nuevas historias antes de desaparecer. Idas, pero no perdidas. Interminables, como olas en el mar.

Y sobre las olas de este mar, hay un barco-- de altas velas blancas, espléndido y veloz, familiar para muchos. Y sobre ese barco, hay dos hombres: un príncipe y un pirata. O solían serlo, al menos; hoy en día uno es más pirata que príncipe, y el otro es más sombra que hombre. Y sobre la mano del pirata (de la sombra, del hombre) hay una semilla. Un pequeño frijol color obsidiana, nutrido de corazones, y recuerdos, y del amor que perdura incluso en la oscuridad.

Aún queda suficiente de él como para que, cuando sus labios se encuentran en un beso, y la oscuridad retrocede y le permite el paso, florece brillante como una estrella.

Y rompe una maldición.



El impacto del poder que libera un Beso de Amor Verdadero es algo que puede sentirse kilómetros a la redonda. Una onda de luz cristalina que atraviesa otros corazones a su paso, llenándolos de felicidad, de calidez y de, por supuesto, amor. Hoy, todas las personas que sean tocadas por su magia sentirán sus emociones más tiernas surgir hacia la superficie, y el glorioso impulso de expresarlas a quién pueda importarles de la manera que mejor sepan.

Quizás con un abrazo, con un beso, una caricia o un regalo. Quizás con un poema o unas amistosas copas en el bar. Quizás con un tranquilo paseo por la playa.

Es en la playa (o en el bar, también) donde tal vez puedan encontrarse con el príncipe (pronto oficialmente un pirata) y el pirata (oficialmente hombre otra vez), acarreando cajas, pertenencias y provisiones abordo del Jolly Roger, como si se prepararan para zarpar en un viaje muy, muy largo. La nave ha sido adornada con blancos banderines, como pañuelos de despedida-- porque eso es lo que esto es. El último viaje. La última despedida.

Pero el barco pirata no es la única embarcación en el puerto, el día de hoy. Una lancha a motor, mucho más pequeña (y más moderna), que cierta mecánica alemana y cierto inmenso ruso estuvieron reparando y acondicionando las últimas semanas, está anclada del otro lado del muelle. Un proyecto para hacer buen uso de su tiempo-- hasta que La Gerencia, en su infinita sabiduría, decidió mejores usos para dicha lancha. Como, por ejemplo, un medio para regresar a su mundo. Eso es lo que dice, al menos, la tarjeta que ambos y su astuto compañero americano recibieron el día de hoy. Podrán ver a los tres espías preparándose para su propio y mucho más sorpresivo viaje, intentando decidir qué cosas pueden llevar consigo, y que otras cosas deberán dejar atrás, en una casa que llegó a convertirse en un hogar. Despidiéndose de todo aquello también.

Las despedidas son tristes, pero no estén tristes por quiénes se van. Sus corazones están llenos de amor, que es lo que importa, y en el mar basta con una mano firme en el timón y saber dónde están sus estrellas para poder encontrar el camino. Y poder encontrarse el uno al otro, siempre.

Así que con la puesta de sol, luego de las despedidas, el pirata que antes era príncipe y el capitán que una vez fue sombra izarán las velas y navegarán una última vez hacia el horizonte, antes que el pequeño frijol crecido de recuerdos y corazones abra un portal en el mar que los llevará a otro mundo, uno lleno de nuevas aventuras, uno donde por fin podrán vivir felices para siempre.

Los espías los seguirán no muy detrás en su lancha, con el ruso al volante y sus compañeros intentando sujetar al inquieto perrito abordo, enfilando en línea recta hacia las estrellas que comienzan a aparecer en lo bajo del cielo, intentando aferrarse de lo que es importante para enfrentar juntos la nueva misión (las nuevas misiones) delante de ellos.

Para todos ellos, las historias escritas en esta hoja en blanco los seguirán como una onda en el agua, levantando nuevas historias en su futuro, donde continuarán existiendo en sus recuerdos o en sus corazones aún cuando no podamos verlas.

Idas, pero no perdidas.

Interminables, como olas en el mar.]

((Post de despedida para David Nolan y el Capitán Hook, que se van a tener el final feliz que su canon jamás le dio a nadie fuck you OUAT. Y también es un post de despedida para Gaby Teller, Napoleon Solo e Illya Kuryakin, que se devuelven a su mundo a volver a ser espías idiotas que terminarán casándose entre misiones. Muchas gracias por todas las threads y los bellos momentos. ♥))