Tierra de Nada

[Ya estamos en pleno otoño, los días claramente más fríos y ventosos, e incluso una que otra lluvia temprano en las mañanas o al caer la noche. Para el pesar de los friolentos, es hora de comenzar a guardar las sandalias, los pantalones cortos y los vestidos, y empezar a sacar del fondo del armario sus suéteres de lana, los calcetines gruesos, y los abrigos e impermeables. De hecho, sería un muy buen momento para que, aprovechando el cambio de ropa de estación, le echen un vistazo más detenidamente a su ropa, y decidan si realmente necesitan tanta, si acaso necesitan más, o si sus prendas les traen alegría y les ayudan a expresar el estilo único de su Verdadero Yo(tm).

Porque otoño es una época de cambios, y tal como los árboles dejan caer sus hojas viejas y deslucidas, tal vez es hora de que ustedes hagan lo mismo con su ropa. Y no, no es una invitación para que se desprendan de su ropa y ya pervertidos, si no para que prueben un cambio en sus estilos y sus vidas.

Y como la H. Gerencia sabe que los cambios pueden dar susto en un comienzo, el día de hoy ha decidido darles a todos un buen empujoncito, que seguramente les ahorrará años de terapia. O se los sumará. En cualquier caso, de nada.

Así que hoy, cuando abran sus armarios, encontrarán ropa ligeramente diferente... pero tal vez no del todo nueva. No, porque ese abrigo que ahora cuelga de ahí y que parece ser el único que tienes, lo has visto antes, en otra persona. O tal vez estos pantalones que te quedan ligeramente ajustados son unos que le conoces a tu mejor amiga. ¿Y ese vestido largo? Definitivamente no era tuyo, pero hey, resalta tu figura. Y esa camisa de tu compañera de casa te aprieta por los hombros, o ese saco de tu novio te queda tan grande que las mangas te cuelgan ridículamente, y esta gorra del vecino no es lo que hubieras escogido usar, pero en fin, ahora no te la puedes quitar de la cabeza. ¿De pronto se supone que uses unos zapatitos de niño que apenas te caben en el dedo pulgar? ¿La ropa que llevas puesta es el look de tu enemigo jurado, y odias siquiera la idea de usar la misma tenida? ¿Estás segura que el conjunto estrambótico que ahora llevas te ameritaría al menos treinta infracciones de la policía de la moda? ¿Te aparecieron unos pantalones de cuero en los que apenas puedes moverte en medio de tu entrenamiento? Improvisa. Adáptate. Supéralo. De evolucionar es justamente de lo que se trata esta vida.

Pero tal vez seas una de esas personas poco razonables y resistentes al cambio, o quizás es que pones tu límite en esta ropa interior que te queda ajustada o te cuelga en todos los lugares incorrectos. En ese caso, quizás quieras salir a averiguar qué demonios pasó con tu ropa. Los contras de eso: tendrás que salir, viéndote como te ves. ¿Los pros? Tal vez no seas el que luzca peor el día de hoy, y puedas reírte un rato. Y de paso, encuentres a alguien más vistiendo tu ropa y puedas recuperarla... dándole una buena lavada primero, por supuesto.

Y, demás queda decir, que cualquier exhibicionismo en la vía pública será penalizado debidamente, así que no les recomendamos la vía fácil para deshacerse de esta ropa que no les gusta pervertidos.

Dentro de todo, será un día lleno de sorpresas, costuras rotas, intercambios y pesadillas para los fashionistas. Pero, quién sabe, quizás también sea el día que descubras que totalmente puedes lucir esas botas de vaquero que no te animabas a probar. ¿Quién sabe? Puede que el cambio incluso te guste, al final del día.]

((Post random de ropa cambiada porque soy una mentirosa que miente y corrí el otro post de nuevo. Sus personajes amanecerán con la ropa intercambiada con la de otra persona-- esperemos que sean de la misma talla, o esto va a ser incómodo. :>))