Tierra de Nada

[¡Buenas noches a todos!

Sí, porque eso es lo que se dice una vez que el sol esconde su dorada cabeza bajo el horizonte y el cielo pasa del púrpura, al azul, al negro estrellado. Cuando las aves regresan a sus nidos, las flores nocturnas se abren, el grillo canta desde su escondite y reinan las sombras. Sobre todo en una noche como ésta, tibia y reconfortante como un manto oscuro, y con una luna que a duras penas se distingue como una sonrisa hilada sobre el firmamento.

Y, tal vez, ha sido un largo día. Y, definitivamente, ha sido un largo año. Pero el día llega a su fin, y lentamente el año también, y finalmente, más temprano que tarde esperamos, es momento de deshacerse de los pesos y pesares del día, de entregarse al suave abrazo de las sábanas y a posar la cabeza sobre su mullida almohada.

Y entregarse a la paz y tranquilidad de sus sueños.

Sólo que, no esta noche.



Tal vez comienza como un buen sueño. Pero pronto tienes esa inevitable certeza de que algo está mal. Y las sonrisas amadas se convierten en lúgubres muecas burlonas, la canción de cuna suena fuera de tono, o te encuentras irremediablemente perdido en el laberinto oscuro de lo que antes llamabas hogar.

O tal vez simplemente caes. Caes para siempre, sin poder gritar jamás. O esa cosa por la que sientes un miedo irracional está allí, frente a ti, esperando a que te acerques. Acercándose. Tal vez es esa persona que te importa más que todo el mundo, alejándose de ti. Saliendo herida. Perdiéndose sin remedio.

También puede ser un error del pasado, un terror del pasado, que regresa tangible y colorido, a perseguirte, como un bucle del que no puedes escapar y revives una vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez...

Es posible que sea todo eso junto y más. Será diferente para cada uno. Lo único que se mantiene es que, sin excepción, no estarás solo en tu pesadilla. Alguien estará allí contigo, viéndola, viviéndola, incluso si no lo sabes en un comienzo. Incluso si aún no te has dado cuenta de que es una pesadilla. Tal vez esa persona, ese inesperado salvador o salvadora, consiga despertarte de tus malos sueños. O tal vez tú consigas despertarla, si por el contrario, te toca presenciar su peor pesadilla.

No te preocupes por los agradecimientos. Tendrás abundantes oportunidades para dar las gracias una vez que despierten en la misma cama (en la suya, en la tuya, es lo mismo) y deban pensar cómo llenar las siguientes horas de una conversación que resulte reconfortante o, al menos, no incómoda.

Como dije en un comienzo: buenas noches a todos.]

((¡Post de pesadillas! Los personajes podrán entrar a las peores pesadillas de los demás, y cuando despierten lo harán junto a la persona con la que compartieron el mal rato; a su discreción si quedan atrapados en la cama o no. Sean horribles, pásenlo bien. 8) ))