Se supone que en los cuentos, es el caballero quién salva a la doncella de un dragón. No era un dragón quién me tenía en peligro, ni yo una doncella, pero de todas formas me rescató un caballero que salió de la nada.
Este caballero resultó ser una chica que quería liberar, y no pude hacerlo.
Muchos años después, quise acabar con el chico que, nuevamente, cumplió con el papel de doncella, pero también recordé que la felicidad del caballero era un anhelo de mi juventud. Este caballero sí eras tú.
Por razones obvias, partimos caminos. Sin embargo, este lugar te puso frente a mí nuevamente. ¿Por qué será que siempre me topo contigo?