[El problema aquí, es que él te lleva una ventaja de unos sesenta años, y que, además, la experiencia le ha enseñado a elegir sus batallas. Así que ahora, simplemente ríe un poco entre dientes ante lo primero.]
¡Uno que ni siquiera a mí se me habría ocurrido, si he de reconocer! [Y luego, su sonrisa disminuye un poco, aunque no desaparece por completo, si bien luce casi cansada.]
Y no necesitas hacer eso. Puedo asegurarte que en estos momentos no tienes motivos para esconderte de mí o de nadie más, Gellert.