[Suelta un gruñido de impaciencia, casi rodando los ojos. Está comenzando a pensar que hubiera sido mucho más fácil dejar que aprendieras a hacerte una sopa de pollo por las malas y ya.]
Octava manzana, tercera casa. Búscame ahí en dos horas. [Y sin decir más, voltea para irse, antes de cambiar de idea.]