Towa. [Llama tu nombre, quedo, intentando girarte más hacia él por sobre los hombros. Nota tu mirada, y sigue con la suya en esa misma dirección, notando el espejo roto, sin terminar de entender por qué parece perturbarte tanto. Pero lo primero es sacarte ahí, detener la sangre-- que es mucha, y hace que su corazón lata fuerte.]
... Towa. [Dice, más firme, llevando una mano bajo tu mentón para girar tu rostro hacia él con gentileza.] Mírame.