[Él por su parte sigue mirándote muy atentamente, serio. No sabe muy bien cómo sentirse con lo que estás diciéndole, sobre todo lo primero. Porque... no es tonto, y claro que en su momento se dio cuenta que eso era lo que buscabas en él-- tú mismo se lo dijiste. Y en ese entonces no le importó, o si quiera molestó mucho, porque él tampoco buscaba más que una distracción contigo...
Sólo que eso cambió, en algún momento, y el saberlo tan claramente es un poco deprimente ahora.]
[...] Sí eras una distracción, para mí, en un inicio. Me ofreciste eso, y eso fue lo que busqué. Pero... en algún momento, empecé a querer algo distinto. [Pausa.] ¿Por qué no te aburriste de mí?