[A través de uno de esos portales es que será básicamente escupido este... dios, que intentará ponerse de pie y sacudirse pronto, en alerta. Y tal vez su musculatura imponente y el martillo de aspecto peligroso que lleva en una mano no resulten tan intimidantes, siendo que tiene una cinta de regalo sobre el pelo y aún no se ha dado cuenta.
Ahora mismo está más preocupado de mirar alrededor y entender dónde está y cómo rayos llegó aquí, y por sobre todo, encontrar a cierta personita que estaba con él hace un momento.]
¿Love? ¡Love! Si puedes escucharme, contéstame, por favor. [Empieza a caminar, mirando alrededor.] ¡Este no es un juego divertido, señorita, deja de esconderte! Sal, sal, donde quiera que... estés.
[Se detiene, porque acaba de darse cuenta donde está.][...] Mierda.