[Justo a tiempo, porque en el momento que tú te ocultas, una enorme figura sale de entre los árboles-- peluda, y con garras y dientes. Un yeti de las montañas, tal vez uno que quedó en los bosques luego de la última invasión, todos esos meses atrás.
Y parece tener hambre, o estar molesto, porque no pierde el tiempo en rugir salvajemente, y lanzarse contra él, mientras Kazuhiko busca cambiar su brazo a un arma para dispararle.]