[Hm. Asiente, y no dirá nada, porque supone que no hay nada más qué decir. Seguirá haciéndolos avanzar, preocupado de no perder el camino o desorientarse, y de no detenerse, porque la tormenta está empeorando.
De vez en cuando te dedicará miradas por sobre su hombro para asegurarse de que estás bien.]