[Él amaneció invadido de conejitos blancos como la nieve, y aunque ya se encargó de dejar a la mayoría en un lugar más seguro (y lejos de sus bombas), hay uno que resultó bastante más persistente que los demás y no deja de seguirlo por más que trata de detenerlo.]
[Así que ahora está ahí, jalando una carreta cargada con múltiples chuches tecnológicos en dirección a su búnker mientras el pequeño conejito lo sigue muy de cerca insistentemente. Y aunque quiera aparentar que no le importa, lo cierto es que voltea bastante seguido sólo para asegurarse que sigue ahí.]