[Justamente. Y no digamos que él parezca precisamente entusiasmado, pero está ahí cuando la chica, Sydney, sopla las velitas, y come del pastel de chocolate cuando el hombre, Mitchell, parte un trozo para él, incluso se preocupa de evitar que un enorme perro negro que los acompaña en la sala, claramente una mascota, intente lamer el chocolate del pastel.
Todo absurdamente normal. Casi como una familia cualquiera.
Y luego, por supuesto, la chica se pone a abrir sus regalos-- unas botas de estilo militar, una chaqueta roja que le queda algo grande, y finalmente una cajita pequeña y azul que Victor le extiende.
No la agites, le advierte.
La chica parece contener el aliento mientras abre la cajita... y revela el delicado esqueleto de un pájaro en su interior. Nada de plumas, sólo pequeños y frágiles huesitos.
Podría parecer un regalo horrible para una chica de su edad, pero a ella se le ilumina el rostro, y pareces feliz y conmovida cuando se gira hacia Victor con ojos brillantes.