[Suelta un pequeño scoff.] Si tú lo dices. [Pero... no dice nada más para refutarlo. La verdad su pelaje es una bendición en este tipo de casos, y el único indicio que tendrás sobre su embarrassement es la forma en que se mueven sus orejas, vueltas hacia atrás y volviendo hacia adelante de vez en cuando cómo un tic nervioso.]