[Es bueno que hayas terminado de juzgar a Jacin, porque a este sueño no le queda mucho. Sólo falta la mejor parte.]
[Al principio es sólo una gota, fina y espesa atravesando el vidrio opaco de la ventana, tiñiendo la habitación de un tono rojizo. Pronto son más, una brillante cascada de sangre filtrándose por los bordes y amontonándose en el alféizar.]
[¿Qué sucede? El joven pregunta como si no pudiera verla, la sangre espesa y pegajosa que cae en su brazo extendido. Y en los de ella, en su vestido, sobre su rostro, que gotea desde el techo. Más, cada vez más, brota entre las uniones del piso y desde abajo de los muebles.]
[Winter ¿qué estás viendo?]
[Pero ella no puede exlicarle, no puede decirle que se están ahogando en sangre. Corre, trata de escapar a la siguiente habitación, pero es lo mismo. La sangre lo inunda todo y hasta se desborda por el balcón hacia el jardín.]