[Ni siquiera se queja cuando empiezan a decir cosas hirientes o por el golpe, simplemente se lleva la mano a la frente, donde la piedra impactó. Los niños terminan huyendo asustados cuando de un momento a otro caen insectos del árbol bajo el que se encontraban, sin notar una cuarta presencia en el mismo, como si no pudieran verla.
Excepto el último niño, que ve a la criatura fijamente.]