tw: tortura, fuego
[La situación no va a mejorar mucho. Al menos no por ahora. Él suelta una risa, aunque es más un resoplido en el estado en el que está.]
Sabes, justo lo estaba pensando y... Uh, no, no creo que tus métodos sean el problema. No he visto a Geralt en meses. No desde que me abandonó en Cairngorn, como lo hizo con su Niña Sorpresa. A quien solo conocí una vez, cuando todavía estaba en el vientre de su madre. No sé dónde están, no sé a dónde van, ¡ni tampoco sé por qué me estás haciendo esto!
[Al mago no parece convencerle mucho (Es una pena que no puedas ser más útil). Empieza a hablar de la magia de fuego, sobre cómo es una fuente peligrosa que consume el alma, mientras toma la mano de Jaskier incluso si él intenta moverse hacia atrás (es inútil intentarlo, estando atado, pero no quiere que vuelva a tocarlo). El mago vuelve a chasquear los dedos y una pequeña llama aparece, que empieza a acercar a los dedos de Jaskier.]
¡Por favor, no sé nada!
Las canciones en tu catálogo sugieren lo contrario
¡Escúchame, por favor! Soy-- soy un bardo. Soy brillante. Es lo que hago. Él gruñe y yo cuento historias. Él habla de una guarida de Witchers y yo lo convierto en un mágico lugar escondido en las montañas. Así que escucha lo que te digo: él no comparte detalles, no tiene amigos, ni-- ¡debilidades!
[Grita lo último, pero más por el dolor que le provoca que el mago empiece a quemar la punta de sus dedos, sin estar satisfecho por sus respuestas.]