[Alguien a quien en ese recuerdo le da la espalda, y cuando ella le grita que no se atreva a dejarla así, simplemente dice: Siempre creí que al menos tenías la decencia de cierto sentido de culpabilidad. No te preocupes. Sólo me hago a mí mismo responsable de esa mentira en particular.
Su discusión continúa, la mujer diciéndole cómo esa mentira parecía hacerle feliz a él y que... ella podría ser esa mentira por él. Podría ser cualquier cosa que quisiera. Parece atontado, seducido ante la idea por un momento, antes de reaccionar, pedirle firmemente un tiempo para pensar...
Y entonces la escena cambia, y es una casa, y él está volviendo luego de varias horas de pensar en el bar.]