[Sí, quieres que se detenga. Porque tienes miedo. Antes tenías miedo de sentir demasiado, y ahora tienes miedo del embotamiento que empieza a apagarlo todo, más aún que al dolor, porque tal vez eso signifique que te desvanezcas en la muerte sin siquiera notarlo.
Y entonces, esa voz interna que te dice que esto está mal, empezará a decirte que... podría funcionar. Fuerzas ese pensamiento a través del pánico sordo, y te recuerdas que quieres ser la prueba. No quieres ser sólo quien escucha las teorías de Eli, sobre su monstruo, quieres ser inseparable de ellas. Quieres ser el monstruo.
Así que te fuerzas a mantenerte despierto, a luchar contra el miedo y la náusea y el adormecimiento, pero es difícil, porque tus pensamientos se desordenan, giran ante ti.
¿Cómo te estás sintiendo?, escuchas la voz distorsionada de Eli preguntar tras un minuto, o tras cinco horas. Lo miras, y tiene los ojos brillantes, no parece preocupado. Pero claro, él no es quien está apunto de morir.
No muy bien dices, con mucha dificultad. El adormecimiento sube por tus dedos, tus brazos... y entonces tu corazón se salta un latido.]