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[Va a seguir, antes de que se le enreden más la palabras y la gane la emoción.]
Y creo... que tenés razón. Son diferentes clases de coraje. También conozco del valor que se necesita cuando no te queda de otra, cuando el mundo te obliga a literalmente ponerle el pecho a las balas y a pararte de manos. Y digas lo que digas, creo que te merecés más que una caja de medallas.
Porque sé que no soy la única acá con esa otra clase coraje. El coraje para darte la oportunidad de ser, de querer, de amar aunque te pongás al mundo entero en contra. De seguir viviendo, no sólo sobrevivir.
[Se va a llevar tu mano al pecho, arriba del corazón.] Ese coraje lo tenemos los dos.