[Sí, tiene los nudillos blancos por la forma en que aprieta los puños, y muchas ganas de partirle la cara.
De hecho... va a intentarlo, adelantándose en el sueño, intentando ir hacia ustedes, tenso y temblando despacio de pura rabia.]
¡¡Oi, cabrón!! ¡¿Quién te dijo que podías tratar a la gente así?! ¡¡Te arrancaré las jodidas bolas para que no tengas oportunidad de hacerlo de nuevo!!