[Tendrás motivos para indignarte, porque si bien debes estar más que acostumbrado a que a él le agradan las cosas más bruscas, este tipo parece simplemente no importarle si le hace daño o no, la forma en que tironea de su pelo demasiado bruta, sus movimientos bruscos y descuidados.
Al final, en vez de apreciar cómo se ve (como sueles hacer), de hecho lo insulta. Como si fuera algo sorprendente y desagradable a la vez, el que a él le agrade hacer estas cosas. Le dice que puede arreglárselas solo ahora, que él no es "de esos".]