[Las cosas siempre suelen ser iguales en esa ciudad decadente, pero tú al menos puedes guardar algunos recuerdos de esa compañía a tu lado. Tener un poco grabado en tu memoria los enormes tatuajes que le recorren toda la espalda y sus brazos. El contraste que generan contigo y esa piel limpia y casi sin cicatrices que lleva.
Otra escena. Pero esta vez vuelves a estar en compañía del tercer hombre, nuevamente juntos en la calle. Kaga -tu medio hermano- habla de sus aspiraciones, lo que desea para el futuro del clan al que pertenecen. A ti, los códigos te dan igual, pero él parece parece completamente dispuesto a seguir el camino más tradicional de la yakuza. Madarame en tanto, tampoco parece muy interesado por ese futuro, vive en el presente y no aspira a nada. Mientras tenga algo con qué matar el tiempo estará bien, hasta que se aburra y busque en otro lado algo que tenga su interés. Tú solamente pareces curioso por esa respuesta y no puedes dejar de mirarlo.]