[Puede sentir todo su cuerpo tensándose al momento de recuperar la conciencia, y si bien no tira un zarpazo de buenas a primeras, si se aparta de un brinco con un cabreado siseo.]
Carajo. [Su disgusto es tanto que es difícil luchar contra el instinto de permanecer en una posición defensiva sobre sus cuatro patas, erizado cómo un animal.]