[Bueno, quedará claro qué es lo que piensa cuando continúe con su monólogo a esta bebita muerta.
Y, enfrentémoslo, eres una chica. Tu madre tenía razón sobre una cosa... simplemente somos recipientes. E incluso cuando se nos dice que somos especiales, como yo lo fui, como tú lo hubieras sido... seguimos siendo sólo recipientes, para que ellos tomen, y tomen, hasta que estamos vacías. Y solas.
Hace una pausa, claramente afectada y al borde de las lágrimas por sus propias palabras, y luego se gira a mirar el cuerpecito junto a ella.
Así que considérate afortunada. Hiciste trampa en el juego y ganaste, sin siquiera saberlo.
Y tras unos momentos se mueve, tomando con cuidado el cuerpecito para depositarlo en una tumba cavada en la arena con sus propias manos. Duerme bien le desea, antes de comenzar a cubrirlo con la arena. Y una vez que termina, simplemente se queda de rodillas frente a esa nueva tumba, triste y agotada.]