[La situación no le es tan ajena que le resulte completamente extraña. El hombre es atractivo, y puede entender el deseo, aunque la posición que tú ocupas no es la que él acostumbre.
... Oh. Pero reconoce esa sensación en el pecho. Esa sí le es terriblemente familiar. Nudos y nudos apretándose, palabras que se quedan atoradas en su garganta, que ni siquiera sabe si tienen espacio para salir.]