[Es un hueco en tu corazón, y en el de Suu, y aunque se hacen compañía mutua y eso es definitivamente mejor que la alternativa, y sigues estando muy feliz de tenerla contigo, ambos extrañan a Oruha (porque ese es el nombre de la mujer) como si les faltara un pulmón.
Pero su tiempo aquí también termina. Y los tres vuelven a estar separados para siempre.
(Hay un breve recuerdo que aparece fugazmente. Una mujer tocando un piano, de espaldas a ti. Tú, congelado en la puerta, sin querer creer que sea real. Su hermoso rostro, su hermosa voz, su solidez cuando finalmente la tocas, cuando ella te abraza. El desesperado e incrédulo anhelo de ambos, el alivio indescrptible, aferrándose mutuamente, luego de muertes y mundos de distancia.)
Pero ahora estás en el bar, de nuevo. De pie, con flores y una jaula con un pájaro mecánico en las manos, y la mujer que amas en el escenario, cantando.]