[No, no. Enfócate, enfócate. No vas a perderlo, no puedes perderlo. No puedes darte el lujo de ceder ante el pánico, así que levántate y busca una solución rápido.
Siguen unos momentos completamente borrosos mientras revisas el lugar en busca de algo que sirva, revisando frenéticamente entre cajones de un lugar que parece abandonado. De un momento a otro tienes aguja e hilo y una botella de licor entre las manos. Probablemente no sean las herramientas más adecuadas, pero tendrán que funcionar. Tienen que hacerlo.
Y lo siguiente que sabes es que estás suturando la piel para unirla de vuelta, los gemidos de dolor y la sangre aun brotando de la herida casi arrastrándote al borde del pánico, pero logras mantener tus manos estables.]