[Tal vez sí tengas más oportunidad de reconocer un poco a la persona que ahora aparece. Una chica menuda, de pelo blanco, que está sentada en unas ramas de árbol, dentro de una enorme jaula, cantando.
Cuando te ve acercarte baja volando en alas metálicas, y toma tu mano, preguntando si tú la llevarás.
Viaja contigo, y tú intentas protegerla de los ataques de otros. Cuando ve tus cicatrices, te pregunta si te duelen, y al responderle que ya no, señala tu corazón: ¿y aquí?. Tú no sabes qué responderle, porque sí, aún duele muchísimo, pero su compañía es un extraño bálsamo.]