[Es que él siempre ha sido delgado, de aspecto como delicado. Y el otro chico (Chingford, es su ridículo nombre, que ahora le grita cuando lo levanta bruscamente por la ropa y lo arrastra hacia la casa), su hermano, siempre ha sido más grandote, con más fuerza, y claramente menos neuronas.
Entre forcejeos, insultos (muchos provenientes de él mismo, gracias), y amenazas estúpidas sobre hablar con su padre, termina siendo arrastrado hacia una de las puertas en la casa. La cual Chingford cierra de golpe, con la cabeza de él aún entremedio.