[Y la memoria podría quedarse en eso, en ser la simple imagen "hogareña" de dos personas compartiendo un espacio en calma durante un día bastante helado.
Pero mientras los minutos pasan resulta que tú decides abrir la boca y acabar con el momento de calma. Con una voz apagada y levemente frustrada mencionas que un "Creo que tienes una imagen equivocada de mí."
El otro hombre por supuesto, se voltea confundido para entender lo que estás soltando. Pero a ti no parece importarte la confusión de tu acompañante (o más bien, decides pasar por encima de ella con el poco tacto que tienes para decir las cosas), seguirás con tus palabras. Le dirás que si quiere compañía en ese sitio no la busques en él.]