[Aunque no hay tiempo para apelar. Para intentar razonar con el intruso. Para explicarle que se equivoca. Porque de un momento a otro está bajo ataque y una masa viscosa está comenzando a cubrirle, y por más que lucha contra ello no puede liberarse.
La masa rápidamente crece y no puede mover las piernas, luego los brazos, le cubre el rostro y siente que no puede respirar. No puede ver, no se puede mover. No puede escuchar las voces que lo llaman. Sólo quiere salir de aqui.
Su pánico y su estrés mental alimentan el inestable poder en su interior, y en un instante todo arde cuando por fin lo deja salir. Una violenta explosión descontrolada, consumiendo todo a su alrededor.]