[¿Pesadillas para quién? Porque el horror que ocurre entre sueños no es hacia él (por ahora), sino a este tipo desconocido, que parece estar discutiéndole. Y él lo ignora, ya cansado, resignado. Nadie quiere escuchar sus palabras, después de todo.
Así que lo que queda es dispararle en la cabeza. Una forma muy efectiva de callarlo, de terminar con este error.]