[Y es que eso es... justamente lo que eres. Lo que él es. Intenta incorporarse, tembloroso, débil y asustado, y ese pánico y horror sólo aumenta cuando nota que en esa oscura habitación de piedra lo acompañan más y más cadáveres-- algunos frescos, otros hinchados y amoratados.
Va a morirse, piensa. Va a morir aquí, va a morirse, no quiere morirse, por favor, Dios, qué fue lo que hizo mal, por favor libéralo de este lugar, ayúdalo Dios--
Alcanza a arrastrarse hasta la única puerta, pesada y cerrada, y la golpea con todas sus fuerzas, intenta gritar con su garganta seca, por favor, alguien...]