[Se conoce esa sala de memoria a estas alturas, pero nuevamente es algo que no le disgusta en lo más mínimo. Porque cuando la mujer desaparece de su vista la angustia parece disiparse.
Y entonces el doctor con voz amable le indica que va a empezar a revisarlo, lo de siempre. Primero arremanga su camisa y con cuidado le toma una mano para poder ver más de cerca su delgado brazo cubierto con vendas, luego le revisa la extremidad contraria... y así sucesivamente.]