[Está más que acostumbrado a que te robes mantas (que no necesita), a tus pies fríos (él siempre está cálido para aclimatarlos), y a tus ronquidos (que sí haces), así como a esas pesadillas y el poder que disparan.
Que es una suerte que hoy no funcionen así, porque está igual de dormido por una vez, y no tendría cómo detenerte a tiempo.]