[No comparte cama con nadie por más de un rato, así que eso puede que sí le dispare las alarmas en medio del sueño. Pero por otro lado es una buena fuente de calor de la que aprovecharse.
Aunque puede que de pronto la calidez del espacio en realidad cambie por otra, algo más hogareño, como el calor que desprende una chimenea en pleno invierno. Y ya no estás abrazando un cuerpo, en realidad estas luchando con tu cabello húmedo y tu ropa ligeramente pegada al cuerpo, mientras intentas que se sequen justo ahí sentado frente al fuego.]