[Quienes terminen junto a este veterano de guerra, tendrán la mala suerte de que será durmiendo sobre un camastro de campaña, del mismo tipo al que sobre el que le tocó dormir a él tantas veces durante la guerra-- las noches que tenía suerte, al menos.
Y a pesar de que este tiene un par de almohadas, no deja de ser incómodo y estrecho. Probablemente no ayuda tampoco que él sea alguien robusto, o que producto de presentir algo extraño, se esté removiendo en el camastro. Al menos esta noche no se despertará para ponerles un cuchillo al cuello, cosa que sin duda hay que agradecer.]