[La desaparición momentánea de cierto vampiro lo habrá tenido más inquieto a lo largo de la jornada, y durante la noche habrá salido a buscarlo con más insistencia, justamente en el bosque.
Pero eventualmente un sopor muy fuerte se apoderará de él, y es posible que termine en esa hamaca también, apenas consciente de cómo llegó allí. O tal vez en la cama o carpa de alguien más. El asunto es que tienes a un tal príncipe mocoso rodeándote la cintura con un brazo.]