Me gusta conocerte. [Pasa su brazo por tus hombros para poder acercarte y besar tu sien] Y absolutamente puedes enojarte conmigo. No va a evitar que te siga amando.
Sí puede quizá conseguir que te aviente un zapato a la cara en el rarísimo caso de que consigas enojarme a *mí*, pero te seguiré amando de cualquier manera.