[Te escucha atento, y alza las cejas un poco con eso.]
Eso fue... un salto de fé. [Pausa.] Aunque supongo que es más fácil reconocer a otros como tú. [Dice, pensando en su propia experiencia en las trincheras, en los soldados que como él buscaban compañía en otros hombres, cómo se identificaban.]