[Niega con la cabeza.] No es nada. Fui yo el que se ofreció a ayudarte a ayudarte.
[Pero tal vez sí deberían dejar de andar dando vueltas por el cementerio, no le parece que estén teniendo mucho progreso.] Regresemos. Seguramente en casa puedas pensar en alguna otra opción.