[Sonríe, aunque es una sonrisa menos terrible que antes. Casi de lástima.]
Que te sirva de lección, petit bouffon. Después de todo, créaslo o no, no soy lo peor de nuestra especie que encontrarás allá afuera. Puedo admirar tu arrogancia, pero la arrogancia mal informada es sólo estupidez. Me agradecerás esto, luego.
Y recuerda. [Se lleva un índice a los labios, y te guiña un ojo.] Esto será nuestro pequeño secreto.