[Se queda un momento ahí, con una expresión terrible en su sonrisa y en su mirada... y de pronto se endereza de golpe, haciendo un gesto con las manos y cambiando su tono a uno mucho más despreocupado y amigable.]
... Pero soy un hombre razonable. Y no haré eso, porque creo que es justo que puedas tener una advertencia, y que puedas recordar esta lección. Así que te permitiré conservar el recuerdo de que, si alguna vez intentas decirme que hacer de nuevo, o entrometerte en mi camino, o peor aún, decirle a alguien más siquiera una palabra sobre esta conversación y lo que sabes de mí... todo eso es justo lo que haré. Y yo cumplo mi palabra.
¿Entendido? [Sólo que aún te tiene paralizado, así que probablemente no puedas responder.]