[Oh, sí. Le llega ese pensamiento. Y lo divierte y le gusta más así. Pone esta cara sin la sangre.]
Oooh. Ahí está, el petit requin. [Hehe. Empieza a acercarse, caminando despreocupadamente hacia ti.] Pero, realmente, debería tener cuidado con qué le dices-- con qué piensas sobre otros en este mundo.